
¡Hola! Gracias por estar aquí y querer conocer mi historia.
Mi nombre es María Belén Dussaubat y soy la creadora de Chirimoya Alegre.
Soy chilena, nací en los 80s, y siempre he sentido afinidad con una vida sana. Cuidar mi cuerpo y motivar a otros a hacerlo es algo que llevo intrínseco.
La comida siempre ha sido importante en mi familia. Mi abuela palestina hasta el día de hoy con sus 94 años sigue preparando la comida árabe más rica del planeta. Y mi abuela croata es experta en ñoquis yugoslavos, turrón de vino y papitas de chocolate.
Comer reúne a las personas y genera recuerdos inolvidables de felicidad. No cambiaría por nada todos los momentos hermosos que he pasado con mis seres queridos comiendo juntos (¡y probablemente, tú tampoco!)
Hasta mis 21 años comí de todo. Carnes, pollo, vienesas, queso (mi papá es mega fan), mucha leche, pastas, pasteles, ultraprocesados, azúcar en todos sus formatos, papas fritas, pizzas, etc! Y también: verduras, frutas, legumbres, cereales, frutos secos y semillas.
Una dieta sana es una dieta variada. Eso pensaba y lo heredé de mi familia. "Comer de todo" es lo normal.
Lo curioso es que nunca relacioné lo que comía con mi salud. Más allá de "conseguir todos los nutrientes", que mi mamá ponía mucha atención. Pero síntomas que venía trayendo desde niña, como dolores de cabeza constantes, insomnio, ansiedad, acné, y ya más grande, colon irritable... nunca pensé que podía tener que ver con ello lo que estaba comiendo.
A los 21 estaba en la universidad, con crisis vocacional y existencial, sintiéndome tremendamente confundida con mi vida, y de pronto, empecé a buscar respuestas. En libros de autoayuda, de espiritualidad, en la música y en mi más profunda sensibilidad. Fue una época muy dura, de sentirme muy sola y empezar a cuestionar el mundo.
Gracias al universo conocí la alimentación viva. De una forma muy mágica descubrí que era posible alimentarnos de lo que la tierra entrega, nutrirnos bien, y disfrutar comidas muy naturales, frescas y coloridas. Me motivé, lo probé. A los pocos meses sentí un cambio radical en mi energía. No era casualidad.
Me gustó tanto que empecé a leer todos los blogs que encontraba, la mayoría en inglés. En esa época no había mucho en español donde aprender.
El 2011 creé el blog Chirimoya Alegre. Había adoptado ese nombre como apodo de cariño en mis inicios de llevar una dieta en base a plantas. Una mezcla entre saludable y alegre. ¿Qué mejor? Era lo que quería para mi vida.
Cuando terminé la universidad, me puse a dar talleres de batidos verdes y leches vegetales.
Luego, de postres Crudiveganos. Era todo muy natural, compartía lo que yo había aprendido en ese tiempo.
En Chile esa misma época ocurrió un despertar grande a la alimentación vegana y vegetariana. Lo que yo hacía era "crudivegano", quizás lo más "raro" dentro de las opciones que se mostraban. A mi me había hecho increíble y quería compartirlo con todo el mundo.
Comenzaron a llegar personas de distintas edades y orígenes a los talleres, en distintos lugares de Chile.
Fue una época muy linda, la recuerdo con mucho cariño. Ni siquiera pensaba que ese iba a ser mi camino profesional en adelante, sólo estaba feliz y conectada con lo que más me motivaba en ese momento.
Y así, seguí aprendiendo, leyendo, probando, escribiendo.
El 2012 quise hacer un viaje por Sudamérica y fue mi primera experiencia viajando sola, haciendo clases, conectando con comunidades saludables de todo el continente. Feliz y agradecida por esa experiencia es poco. Transformó mi vida atreverme a conocer el mundo y descubrir lo hermoso que puede ser cuando vas con el mensaje correcto y el corazón abierto. Grandes amigos conocí en ese viaje y los atesoro por siempre.
El 2013 volví a Chile y
Cuando estaba en la universidad tuve una crisis de vida importante. Depresión por una ruptura amorosa, falta de vocación, cuestionarme todo, sentirme alienada y un bicho raro. Siempre me costó integrarme a los grupos sociales, y estudiando, fue especialmente difícil.
El respeto a otros seres y a la naturaleza, me hace sentido y de cierta forma, creo que es el camino para un mundo más armónico.
En esa época no había mucha claridad respecto a lo que era "comer sano".Comiendo suficientes verduras, muchas frutas, proteína animal con poca grasa, tomando harta agua, dejando los postres idealmente para momentos especiales. Eso creíamos que era saludable. Y no lo juzgo, la verdad es que no teníamos mucha información al respecto. Cuando era niña recuerdo perfecto el momento en que elegí "no tomar más bebidas". Y así fue. En los cumpleaños prefería beber agua que cosas con colorantes y sabores muy intensos. No sé bien por qué lo hice, pero creo que tenía una intuición de querer cuidarme. Siempre tomé mucha agua y desde los 11-12 años empecé a comer menos pan y a elegir algunos productos integrales. Mis papás siempre nos inculcaron el autocuidado y para mi era importante evitar sustancias y situaciones que me dañaran (o que yo supiera que me hacían daño).
De chica sufrí muchos dolores de cabeza. Un año recuerdo que me hicieron tantos exámenes médicos para saber qué me pasaba. Nunca encontraron la causa. Quizás era mi autoexigencia por hacer las cosas bien, estudiaba mucho y me sentía muy responsable por mi forma de actuar. También, por mi preocupación por los demás, por las injusticias y locuras del mundo humano, que no entendía y me afectaban mucho. He sido muy sensible y consciente de mi misma y de mi entorno toda mi vida. Muchas veces me he sentido extraña por ver la vida tan diferente a la mayoría de las personas. Por no pasarlo bien cuando todos se reían del sufrimiento de otr@ (el más porro del curso, el más lento al correr, la profe poco popular, el animal encerrado en el zoológico, la persona sin casa que dormía en la calle, las mascotas que vendían y lloraban en las tiendas...).


Hay cosas que nunca entendí, que otras personas disfrutaban y para mi eran tormentosas. Todavía no las entiendo. Y hoy trabajo por cambiarlas a través de la promoción de la ética y la consciencia en nuestra forma de vivir. Cuando salí del colegio entré a estudiar Ingeniería Comercial en la PUC. Fue una época difícil para mi, no sólo por las exigencias de la carrera, sino porque todas mis dudas existenciales explotaron en esa época. Quería mucho sentir que estaba dedicando mi tiempo a algo que llenara mi espíritu, que me hiciera feliz, poder aportar al planeta, a otros seres, parte de mis talentos. No conocía mucho lo que me hacía feliz, ni imaginaba cómo podía ser mi vida en el futuro. Pero di lo mejor de mi. Algunos de mis grandes amigos los conocí estudiando y desarrollé más mi mente matemática y organizada.
Toda la época universitaria busqué formas de sentirme mejor física y emocionalmente. Para eliminar mis espinillas, sanar mi colon irritable, tener más energía, y sentirme realmente más alegre. Siempre desde lo natural, nunca me dieron ganas de probar drogas, medicamentos u otras sustancias. Entre mi crisis vocacional y mis ganas de sanarme, empecé a leer a autores de "autoayuda" y desarrollo personal, como Deepak Chopra. Fue muy emocionante estar leyendo en Sincrodestino:" las señales siempre están, sólo debes prestar atención", cuando viajando en el Metro se sienta una persona frente a mi y saca un libro del mismo autor. Lo miré, me quedó grabada su cara.

Al día siguiente un amigo de la universidad que hoy es un tremendo Mago y vive en NY, me manda un video y me dice "Creo que esto te puede interesar". Él sabía que yo estaba aprendiendo por mi cuenta de alimentación saludable y me mandó un video de una receta de jugo verde: El Jugo de Luz. Imaginen mi sorpresa cuando veo a la persona que estaba haciendo ese jugo. Era el mismo hombre del metro que leía a Chopra. (Disculpa si estoy detallando mucho esto, pero fue fundamental para mi este evento psicomágico en mi vida). Lo busqué, me di cuenta que ofrecía clases de "Alimentación Viva", y nos conocimos. Cuento corto: Fue mi pareja por 2 años y con él me enamoré de la alimentación consciente.



Probé una dieta crudivegana casi de la noche a la mañana.Y me fascinó. Nunca en mi vida había sentido ese entusiasmo por vivir, por descubrir, por probar y crear. Cambiar mi alimentación fue lo mejor que he hecho en mi vida. Y dedicarme a estudiar al respecto y darme cuenta de los potentes paradigmas y creencias limitantes que modelan nuestra cultura, fue el inicio de un despertar. Pronto empecé a sanar mis jaquecas, mis problemas en la piel, en el intestino, mi crisis vocacional pasó a segundo plano, quería seguir estudiando, probando y compartiendo con todo el mundo lo increíble que era comer vegetales y dejar de hacer daño a otros animales y a nuestro planeta.


Existe una forma más saludable, respetuosa y satisfactoria de vivir. Y tod@s podemos acceder a ella.Este mundo sería un mejor lugar si fuéramos conscientes del efecto de nuestras acciones en él. Hacia otros animales, ecosistemas, personas, y hacia nosotr@s mism@s. "Consciencia" es la palabra que siempre busqué. La que hace los cambios verdaderos. Estar presentes, observar, reflexionar, comprender. Eso es! Hoy sé que todo ocurre en nuestras vidas con un fin. Las oportunidades de cambiar están ahí mismo, esperándonos.
Desde entonces me he dedicado con toda el alma y todas las ganas a promover la alimentación viva, sana, simple, respetuosa con otros seres. Amo crear recetas sencillas que nos den placer y felicidad. Y aprender cómo comiendo sano, vamos modificando nuestras células, es decir, la base de quiénes somos.


El año 2011 al fin creé mi Blog y formalicé "Chirimoya Alegre" como mi sitio de eduación en estilo de vida y alimentación. Daba clases en ferias, eventos saludables, y donde me llamaran . El año 2012 viajé por varios meses al norte de Chile y por algunos países de sudamérica, con mi mochila y muchas frutas que iba descubriendo en cada ciudad. Precios@s amig@s conocí en esas andanzas, de vivir más simple, compartir lo que sabía de alimentación crudivegana y apreciar lo bello que es nuestro planeta y la naturaleza. El año 2013 volví a Chile y la Ceci González de Emporio Natural me escribió, que buscaban una persona que diera clases de alimentación sana en la Escuela Pehuén, de la gran maestra de plantas medicinales, Inés Galvez, en la Villa de Vida Natural, a quienes le agradezco profundamente la oportunidad de entrar a educar de forma más seria.

Yo me sentía muy niña e inexperta, pero ellas confiaron en mi . Y me lancé creando un curso de algunos meses de cocina crudivegana y nutrición. Mirando esto con perspectiva ahora, tantos años después, gracias a esa oportunidad, "me creí el cuento" y decidí que sí, me iba a dedicar a esto. Al año siguiente viajé a US a certificarme en Living Light Culinary Arts como Chef y educadora de Raw Food. Personas tan hermosas conectadas con el valor del alimento natural y de una vida más simple, fue lo mejor que encontré viajando. El 2015 volví para certificarme en un curso de postres raw y otro de Nutrición en Raw Food con mis profes admirados Karin y Rick Dina, de https://rawfoodeducation.com/ .
El año 2018 me certifiqué en la Escuela de Nutrition Studies de Colin Campbell en Alimentación Basada en Plantas. Siempre estoy estudiando de grandes expert@s en la ciencia de la alimentación y estilo de vida saludable. Hoy Chirimoya Alegre es nuestra Escuela de Alimentación Consciente y Bienestar Integral. Con la pandemia nuestras clases tuvieron que transformarse al mundo digital y estamos creando y dando clases online. He conocido a cientas de personas que han participado de nuestros cursos y muchas de ellas han transformado sus vidas para mejor. Muchas de ellas forman parte de nuestra comunidad y comparte el entusiasmo por la vida saludable en sus familias, trabajos y proyectos.





Más que nunca es necesario divulgar el conocimiento sobre vida saludable, sustentable y ética. Tanto para cuidar nuestro planeta, mejorar la salud de las personas, fortalecer la inmunidad frente a las distintas amenazas del ambiente, mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional, mental y físico, como para disminuir las prácticas crueles y tortuosas que la industria alimenticia tiene sobre animales sintientes sin derecho a protegerse.
Estamos en el siglo XXI!! hemos avanzado tanto en tecnología, existen tantas posibilidades de crear productos alimenticios, ropa, cosméticos, etc, sin tener que causar sufrimiento en otros seres, pero nos falta aún evolucionar en consciencia. Y ese es el desafío más grande. Impulsar a otras personas a estar más presentes, a informarse, educarse y comprender que sus acciones tienen un impacto en otros seres y en nuestro planeta.


Que lo que tú elijas hacer sí tiene repercusiones. Y puedes elegir generar impactos positivos en más seres humanos, animales y ecosistemas. La crisis medioambiental que vivimos y la crisis sanitaria que parece nunca terminar surgen ambas de un mismo origen: la desconexión de la persona humana con la naturaleza. Te invito hoy mismo a probar una nueva forma de vivir. Con más simpleza, con más conocimiento y poder para sanar tu vida, disfrutar tus comidas, experimentar la vida cuidando tu propio bienestar y el de tantos otros seres, que en lo profundo te lo agradecerán.

Revisa nuestro blog, síguenos por instagram , participa de nuestras clases y sé parte de nuestra comunidad. Puedes vivir mejor, sanar , brillar! y ser un agente de cambio para nuestro planeta. Gracias por llegar hasta aquí y leer mi historia!! Estoy segura que la tuya es muy interesante!! y me encantaría que tu próximo capítulo sea para nutrir tu vida.


